La cardiopatía coronaria es una de las principales causas de infarto y muerte en todo el mundo. Las medidas enfocadas a la prevención primaria han presentado gran impacto en la reducción de la morbi-mortalidad por esta causa. El consumo de frutos secos, legumbres, fitoesteroles, alimentos ricos en ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga, vitamina C, aminoácidos como la prolina, lisina, arginina y taurina, además de fibra y flavonoides; se han asociado con un riesgo reducido de cardiopatía coronaria. Además, existe evidencia científica de que los antioxidantes y aminoácidos cardioprotectores pueden evitar la recurrencia del infarto agudo de miocardio en pacientes con cardiopatía coronaria establecida. Estrategias para prevenir o retardar la progresión de la disfunción endotelial y la aterosclerosis pueden ayudar a prevenir el desarrollo de enfermedad cardíaca coronaria.