El término alergia atópica implica una tendencia familiar a la aparición, aislada o en combinación, de trastornos
como asma, rinitis, urticaria y dermatitis eccematosa (dermatitis atópica). Sin embargo, los pacientes sin
antecedentes atópicos también pueden experimentar reacciones de hipersensibilidad, sobre todo urticaria y
anafilaxia, asociada con el mismo tipo de anticuerpo (IgE) que se observa en los individuos atópicos.